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¿Infertilidad masculina, femenina, o de la pareja?

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la infertilidad es una afección que compromete tanto a varones como a mujeres, que se caracteriza por la imposibilidad de una pareja de lograr un embarazo luego de al menos 12 meses de relaciones sexuales regulares sin medidas anticonceptivas.1 A nivel mundial, se calcula que unas 48 millones de parejas presentan alteraciones de la fertilidad.1 Esta cifra representa alrededor del 15 % de las parejas que mantienen relaciones sexuales sin uso de métodos anticonceptivos.2

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Los trastornos de la fertilidad pueden ser provocados por factores muy diversos, que se distribuyen tanto en los varones como en las mujeres.1 En otras ocasiones, pueden atribuirse a una combinación de variables que involucran a ambos miembros de la pareja.3

En la evaluación de las mujeres, las causas de una infertilidad pueden deberse, entre otras, a alteraciones en los órganos reproductivos o bien a factores hormonales. Dentro del primer grupo, ciertas enfermedades pueden comprometer el normal funcionamiento y anatomía de los genitales internos. Por ejemplo, algunos procesos pueden generar alteraciones del útero, como la inflamación provocada por la endometriosis o la presencia de miomas (fibromas). Del mismo modo, las cirugías previas en el abdomen o la pelvis y las consecuencias de infecciones no tratadas pueden alterar la estructura y el funcionamiento de las trompas de Falopio. En otro orden, algunos procesos como el hipotiroidismo (deficiencia de hormona tiroidea) o el exceso de prolactina constituyen causas hormonales que pueden inducir cambios perjudiciales para la salud reproductiva de las mujeres.1

Los varones pueden sufrir infertilidad en una proporción que resulta comparable a la descrita en las mujeres. Al igual que lo antes señalado, tanto el compromiso de los órganos reproductivos como los factores hormonales pueden estar relacionados con una alteración de la fertilidad. Las afecciones de los testículos, como la inflamación provocada por un varicocele o las secuelas de infecciones que bloquean los conductos seminales, se asocian con infertilidad. Además, distintos factores asociados con el estilo de vida, como el consumo de tabaco, la ingesta excesiva de alcohol o el uso de esteroides anabólicos, reducen la calidad y la cantidad de los espermatozoides.1

En consecuencia, el estudio de la infertilidad requiere ser abordado como un tema que involucra a ambos miembros de la pareja, en lugar de considerar a cada una de las personas por separado. En las consultas iniciales, es indispensable que el profesional lleve a cabo una historia clínica completa, en la cual se consideren los antecedentes médicos, sexuales y reproductivos de los dos miembros de la pareja. El examen físico también se realiza en ambos componentes de la pareja, con el fin de pesquisar signos clínicos que sugieran una enfermedad sistémica. La evaluación del estado nutricional es otro parámetro destacado, ya que la obesidad se relaciona con trastornos en los niveles de hormonas sexuales.4

Este abordaje de la pareja como una unidad para la búsqueda de las causas de infertilidad continúa con ciertos estudios iniciales tanto en la mujer (examen físico, ecografía ginecológica, medición de hormonas, evaluación de la ovulación y el ciclo menstrual, estudios específicos por imágenes) como en el varón (ecografía testicular y espermograma, el cual consiste en el análisis de las características de los espermatozoides).5 

En resumen, el enfoque de ambos miembros de la pareja resulta sumamente relevante, dado que se estima que aproximadamente un tercio de los casos de infertilidad son atribuibles a un factor netamente masculino, una proporción similar podría deberse a factores exclusivamente femeninos y el tercio restante se debería a una combinación de factores de ambas partes.6

La consulta con profesionales especializados en el área permitirá el enfoque adecuado de la pareja como tal, con el fin de reconocer los componentes individuales y conjuntos que impiden la concepción y, de esa manera, disponer del tratamiento oportuno y adecuado para lograr dicho objetivo.

Referencias

1. Organización Mundial de la Salud. Infertility. Disponible en: https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/infertility (consultado en enero de 2023).

2. Agarwal A, Mulgund A, Hamada A, Chyatte MR. A unique view on male infertility around the globe. Reprod Biol Endocrinol. 2015; 13:37.

3. Kamel RM. Management of the infertile couple: an evidence-based protocol. Reprod Biol Endocrinol. 2010; 8:21.

4. Carvajal JA, Barriga MI (editores). Manual de Obstetricia y Ginecología. Pontifica Universidad Católica de Santiago. Edición XII, 2021. Disponible en: https://medicina.uc.cl/wp-content/uploads/2020/11/Manual-Obstetricia-y-Ginecologia-2021-11112020.pdf (consultado en enero de 2023).

5. Lindsay T, et al. Evaluation and Treatment of Infertility. Am Fam Physician. 2015; 91(5):308-314

6. ASRM (American Society for Reproductive Medicine) Facts. Disponible en: https://www.reproductivefacts.org/resources/infographic-gallery/images/causes-of-infertility/ (consultado en febrero de 2023).

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