La glándula tiroides se localiza en la región anterior del cuello y desempeña un papel fundamental en el control del metabolismo, el crecimiento y el desarrollo de nuestro organismo.1
Esta glándula produce hormonas, de las cuales se destacan la tiroxina (conocida también como T4) y la triyodotironina (denominada también T3). El yodo incorporado en la dieta forma parte de la estructura molecular de la T4 y la T3.1 En condiciones normales, estas hormonas se encuentran circulando en la sangre en un cierto rango de valores y ejercen sus efectos en diferentes tejidos, entre los cuales se incluye el sistema reproductor.
En ciertas ocasiones, la tiroides produce un menor nivel de hormonas, producto en la mayor parte de los casos de una enfermedad autoinmune (tiroiditis de Hashimoto), lo que se conoce como hipotiroidismo. En las mujeres, el hipotiroidismo se asocia con una serie de cambios en otros ejes hormonales que pueden derivar en una alteración en los niveles de estradiol y testosterona. Además, se reconoce un aumento de la prolactina, una hormona producida por la hipófisis; este incremento desencadena cambios perjudiciales en los precisos mecanismos que regulan el ciclo menstrual.2 Es importante mencionar que en las primeras etapas del embarazo, las mujeres con hipotiroidismo pueden experimentar fallas en la implantación del embrión, cuya consecuencia puede ser la interrupción de la gestación.2
Sin embargo, aunque las formas manifiestas de hipotiroidismo suelen ser evidentes por la presencia de otros síntomas (cansancio, aumento no explicado del peso, alteraciones menstruales, entre otras), en muchos casos las manifestaciones son mucho más sutiles. Asimismo, se reconoce una afección conocida como hipotiroidismo subclínico, en la cual existen cambios en los niveles de algunas hormonas, pero no se presentan síntomas de la enfermedad. En algunos estudios, se ha informado que el hipotiroidismo subclínico puede aumentar el riesgo de pérdida del embarazo en las mujeres afectadas.3
Como contrapartida, existe un número de enfermedades menos comunes que provocan un aumento en la síntesis de hormonas tiroideas (hipertiroidismo). En estas mujeres también se describen alteraciones del ciclo menstrual, entre las que destacan el incremento en la frecuencia y el volumen de sangrado durante las menstruaciones. Se estima que hasta la mitad de las pacientes con hipertiroidismo puede sufrir problemas relacionados con la fertilidad.3
Es importante señalar que, en los hombres, tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo también afectan la fertilidad, ya que ambas alteraciones pueden asociarse con una menor producción de espermatozoides. A este impacto negativo debe agregarse que el incremento de la prolactina antes mencionado también contribuye a una menor capacidad reproductiva en estos pacientes.4
Por lo tanto, en las parejas con trastornos de la fertilidad, la pesquisa de alteraciones de la función tiroidea representa uno de los pasos iniciales. Esta búsqueda incluye la determinación de los niveles de T3 y T4, así como de una hormona producida por la hipófisis denominada tirotrofina (TSH), la cual actúa como un regulador central de la síntesis de las hormonas tiroideas.3 En muchas ocasiones, se investiga además la presencia de anticuerpos dirigidos contra la propia glándula tiroides (autoanticuerpos) para confirmar el diagnóstico de tiroiditis de Hashimoto.
Las personas con hipotiroidismo pueden tratarse con la administración de levotiroxina por vía oral. Si bien el tratamiento del hipotiroidismo subclínico es motivo de debate en la comunidad médica, se acepta que aquellas mujeres que presentan esta alteración deben recibir también levotiroxina antes de iniciar un tratamiento de fertilidad.3
El tratamiento del hipertiroidismo es algo más complejo y, en muchos casos, los medicamentos utilizados y otras estrategias terapéuticas como el yodo radiactivo son tóxicas para el embrión y el feto,5 por lo cual no es recomendable la búsqueda de embarazo mientras se utilizan estos tratamientos.
En todos los casos, el asesoramiento con los profesionales especializados en fertilidad constituye el mejor recurso para evaluar la presencia y diagnosticar los trastornos de la función tiroidea en los miembros de la pareja. Del mismo modo, la implementación de un tratamiento oportuno puede facilitar alcanzar la concepción y mantener el embarazo de forma exitosa.
Referencias
- InformedHealth.org [Internet]. Cologne, Germany: Institute for Quality and Efficiency in Health Care (IQWiG); 2006-. How does the thyroid gland work? 2010 Nov 17 [Updated 2018 Apr 19]. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK279388/ (consultado en enero de 2023).
- Poppe K. Management of endocrine disease: Thyroid and female infertility: more questions than answers?! Eur J Endocrinol. 2021; 184(4):R123-R135.
- Hubalewska-Dydejczyk A, et al. Thyroid diseases and fertility disorders – Guidelines of the Polish Society of Endocrinology. Endokrynol Pol. 2022; 73(4):645-679.
- Sengupta P, Dutta S, Karkada IR, Chinni SV. Endocrinopathies and Male Infertility. Life (Basel). 2021; 12(1):10.
- Ross DS, et al. 2016 American Thyroid Association Guidelines for Diagnosis and Management of Hyperthyroidism and Other Causes of Thyrotoxicosis. Thyroid. 2016; 26(10):1343-1421. Erratum in: Thyroid. 2017; 27(11):1462.